Centro Oftalmológico

 

Medicamentos Intravitreos

Inyecciones Intravítreas

¿Qué enfermedades pueden afectar a la retina y a la mácula que se traten con inyecciones Intravítreas?

El ojo humano es como una cámara fotográfica con su película que recibe y capta las imágenes. Esta capa en el ojo se llama la retina y en su parte más posterior se encuentra la mácula que es la responsable de que seamos capaces de leer y ver detalles, de discriminar los colores, etc. Es, en definitiva, la que realiza la función de lo que entendemos por “ver”. Cuando la mácula se altera también lo hace la capacidad de ver. Así, podemos perder la visión central, lo que nos impide ver la cara de una persona aunque de reojo veamos su conjunto, o leer aunque veamos letras sueltas en la hoja. También nos puede hacer ver las cosas de forma distorsionada o disminuir seriamente nuestra agudeza visual.

Varias patologías pueden afectar a esta zona de la retina siendo necesario aplicar algún tipo de tratamiento para intentar frenar la pérdida de visión o para mejorarla en ocasiones. Unas requieren una cirugía mediante Vitrectomía, mientras que otras patologías como la Degeneración Macular Asociada a la Edad, son tratadas actualmente con inyecciones Intravítreas de fármacos antiangiogénicos o implantes intravítreos antinflamatorios.

Estas patologías son muy frecuentes, de hecho el edema macular secundario a la diabetes es la principal causa de déficit visual en los diabéticos adultos, mientras que la DMAE es la causa más importante de ceguera en la población a partir de los 60 años, y aumentando su incidencia con la edad. Por otro lado el edema macular secundario a obstrucciones venosas se posiciona como la segunda causa más frecuente en patología vascular retiniana y la membrana neovascular miopía como la causa más importante de déficit visual en la población con miopía magna.

 

Todas estas enfermedades, aunque con un origen diferente, tienen en común el producir un aumento de los niveles de lo que llamamos VEGF, que es el factor de vasopermeabilidad o factor de proliferación vascular, dentro del ojo. El aumento de este factor es uno de los responsables principales de que aparezcan las membranas neovasculares en la DMAE o en la Miopía y de que se acumule líquido en la mácula en las patologías vasculares, como en la diabetes o en la obstrucción venosa.

¿Por qué y cómo se inyectan estos fármacos dentro del ojo?

El ojo es un órgano, aislado del resto del organismo por varias barreras que hace difícil que fármacos administrados por vía oral o intravenosa alcancen concentraciones suficientes en su interior. Sin embargo, el ponerlos directamente en el interior del ojo hace que las concentraciones intraoculares que alcanzan sean óptimas para el tratamiento de estas patologías.

 

Estos fármacos se inyectan en unas concentraciones y volúmenes ya estandarizados y con unas agujas muy finas (30G) introduciéndolos en el ojo en su parte posterior, vía pars plana a unos 4 mm del limbo corneal.

 

El procedimiento de la inyección debe realizarse en una sala limpia, con unas condiciones de esterilidad peri-oculares e intraocular. El ojo y la superficie que le rodea se anestesian y se deja aséptico y limpio. Se coloca un paño para aislar y se mantienen los párpados entreabiertos. El medicamento es inyectado en la zona blanca del ojo hacia su interior en la cavidad del gel vítreo y una vez inoculado el fármaco, se retira el blefaróstato y se instilan gotas antibióticas que se mantendrán durante unos días después de la inyección. No suele ser un procedimiento doloroso y es bien tolerado siendo las complicaciones infrecuentes y poco importantes.