Causa número

1

de ceguera en el mundo
Afecta a más del

50%

de mayores de 65 años
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Lente-intraocular-catarata_mini

¿Qué es la catarata?

La catarata es la pérdida de transparencia del cristalino, la lente natural del ojo que se encuentra detrás de la pupila. A través de esta lente pasan los rayos de luz hasta la retina y allí se forman las imágenes. Por ello, cuando el cristalino pierde transparencia e impide el paso nítido de la luz a la retina, el paciente sufre una pérdida progresiva de la visión.

¿Por qué se produce?

Con los años, nuestro cristalino se vuelve más opaco. El envejecimiento es la principal causa de la catarata. Sin embargo, existen otros factores ajenos a la edad. Pueden producir cataratas condicionantes genéticos, traumatismos, enfermedades oculares o del organismo (como la diabetes), o el consumo de ciertos fármacos. En algunos casos, la catarata es congénita, es decir, se presenta desde el nacimiento.

¿Cómo se puede prevenir?

La catarata no se puede prevenir, pero se puede detectar mediante revisiones oculares. Es aconsejable visitar al oftalmólogo, sobre todo a partir de los 45 años, para detectar la posible existencia de una catarata, su tipología, tamaño y localización, y determinar si es conveniente operarse y cuál es el momento más adecuado.

Síntomas

Según el tamaño y localización de las zonas opacas del cristalino, puede no notarse el desarrollo de la catarata. Estos son algunos de los síntomas más habituales:

Tratamientos

El tratamiento de la catarata es quirúrgico. La cirugía de la catarata es una intervención breve, indolora, de bajo riesgo anestésico y de recuperación rápida.

 

El procedimiento más habitual es la facoemulsificación, que consiste en deshacer la catarata y aspirarla. La cirugía termina con la substitución del contenido opaco del cristalino por una lente intraocular artificial, cuya elección dependerá de las características visuales de cada paciente.

 

Por todo esto, hemos incorporado una nueva técnica para la operación de la catarata, de la mano del láser de femtosegundo, que reproduce con una precisión micrométrica las microincisiones previamente diseñadas por el cirujano en el ordenador, al que el láser está conectado. La introducción de este láser supone una revolución en el procedimiento quirúrgico de la catarata, ya que modifica y aporta algunas ventajas significativas a la cirugía que viene utilizándose desde 1990: la facoemulsificación por ultrasonidos.

 

Pese a los buenos resultados, no hay que olvidar que es una cirugía y que, como tal, no está exenta de riesgos. Las complicaciones de una mala cirugía de catarata son la principal causa de opacidades de la córnea, glaucoma y desprendimiento de la retina, entre otros.

 

Para minimizar los riesgos de la operación, el paciente debe ponerse en manos expertas y ser intervenido con la técnica apropiada.

¿Cuáles son los síntomas que puede presentar un paciente después de realizarse un láser de YAG?

El paciente puede notar pequeños cuerpos flotantes, que son los restos capsulares en el espacio vítreo, pero pasados unos días, normalmente, desaparecen. La fotocoagulación con láser YAG se aplica en la cápsula que sujeta la lente intraocular artificial y que, con el tiempo, se vuelve opaca, por lo que el paciente pierde visión. La fotocoagulación con láser YAG no es dolorosa y logra, de una forma rápida, una mejoría visual.

Si tiene alguna duda